Técnicas de grabado
La xilografía (del griego xylón, madera, y grafé, inscripción) es una técnica de grabado en relieve realizada sobre una matriz o placa de madera. Es una de las técnicas más antiguas: se inventó en China en el siglo IX, momento en el que también comenzó a producirse papel a gran escala, elemento imprescindible para la impresión. La xilografía se extendió por el resto de Asia y Europa a través de las rutas comerciales y llegó a España e Italia hacia el siglo X.
Para elaborar una xilografía suele utilizarse madera de pino, cerezo, álamo, peral, tilo, arce, roble y MDF (tablero de fibra de media densidad). Estas maderas se tallan con gubias que pueden tener forma en V o en U. Al grabar la madera, el artista tiene que considerar que, al imprimir, las zonas talladas quedarán en blanco y las no talladas, en negro, además de que la composición se imprimirá en espejo.
Existen dos técnicas básicas de xilografía: a la fibra o al hilo, en la que el grabado se hace en dirección de las fibras de la madera, y a la testa o a contrahilo, en la que se hace en dirección contraria. La primera se elige cuando se quieren obtener altos contrastes, mientras la segunda es más susceptible a generar una amplia gama de grises y de texturas.
Hay dos formas básicas de imprimir una xilografía: manualmente o con ayuda de un tórculo. La impresión manual se realiza colocando papel sobre la matriz, que previamente se ha impregnado de tinta mediante un rodillo de goma. Posteriormente se presiona el papel contra la matriz o se bruñe con ayuda de pomos, espátulas o cucharas de madera. Sin embargo, casi siempre se utiliza el baren, un objeto circular de origen japonés fabricado con un cordel enroscado y anudado, recubierto con hojas de bambú. Otra forma de imprimir xilografía es utilizando un tórculo o prensa, que consiste en dos rodillos de metal que generan una presión uniforme sobre el papel y la matriz. Para evitar deslizamientos suele humedecerse el papel o usarse tórculos plano verticales.
Si quieres saber más de esta técnica, te invitamos a ver el video Tallereando en el Munae, con Joel Rendón, donde el reconocido grabador explica las muchas maneras en que puede hacerse un grabado en madera y los materiales que se utilizan.
Una obra destacada del Acervo del Museo Nacional de la Estampa realizada en esta técnica es Lo que puede venir, de Leopoldo Méndez. Es una de las pocas obras conocidas donde Méndez se representó a sí mismo y, según Deborah Caplow, es la última de “sus imágenes antinazis”.[i] Esta xilografía, elaborada en 1945, representa una visión apocalíptica de un momento específico de la historia de México y del mundo. En primer plano, Leopoldo Méndez aparece recostado sobre una pila de hojas, en un acto de meditación y creación. En el segundo plano aparecen los elementos del escudo nacional invertidos simbólicamente: el águila aparece “crucificada” sobre unos postes de maderas que forman una svástica, mientras la serpiente inmoviliza las garras del ave y repta tras una caravana integrada por soldados y peregrinos religiosos que se enfilan hacia la Ciudad de México. A decir de Rafael Barajas: “más que una advertencia de lo que puede venir es, en realidad, un recuento de los años que acababan de pasar, durante los cuales el grabador, ante la amenaza fascista que pesaba sobre México, realizó un trabajo consistente de propaganda gráfica”.[ii]
[i] Deborah Caplow, “Leopoldo Méndez, Revolutionary Art, and the Mexican print: in Service of the People” (Tesis de doctorado), Universidad de Washington, 1999, p. 245. Consultada en: https://digital.lib.washington.edu/researchworks/handle/1773/6230.
[ii] Rafael Barajas, “Leopoldo Méndez y su tiempo en la colección de Carlos Monsiváis”, en: Leopoldo Méndez y su tiempo, México, RM / Instituto Nacional de Bellas Artes / Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2002, p. 75.