Cada quien con su Toledo. Obra gráfica, 1960-2018

Artista-explorador de numerosas técnicas y defensor de muchas causas, Francisco Benjamín López Toledo nació en el seno de una familia de origen zapoteco, el 17 de julio de 1940. Pasó su infancia en Juchitán y, a los 14 años, inició su formación artística en el taller de grabado de Arturo García Bustos en Oaxaca. A los 18 años, viajó a la Ciudad de México para estudiar en el Taller Libre de Grabado de la Escuela de Diseño y Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.

En 1960, viajó a Europa. En París, bajo la tutela de Rufino Tamayo, perfeccionó su técnica en el taller de grabado de Stanley Hayter. En 1963, exhibió su obra en una galería parisina y en la Tate Gallery de Londres. Regresó a México en 1965, cargado de inspiración de artistas como Alberto Durero, Paul Klee y Marc Chagall, que asimiló a su estilo irreverente, provocativo y fantástico.

El trabajo artístico y el éxito de su obra no le impidieron conocer, a fondo, las riquezas y problemáticas de Oaxaca y sus habitantes. Toledo se involucró activamente y, en varias ocasiones, encabezó importantes luchas culturales y políticas: la defensa de la tierra, de las lenguas indígenas, del maíz nativo y de la libertad de expresión. Preocupado por la educación artística de su estado natal, fue el responsable de la fundación de diversas instituciones como la Casa de Cultura de Juchitán (1972) y el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (1988), que han colaborado para hacer de Oaxaca uno de los más importantes centros de producción gráfica del país y del mundo.