Juan Soriano

(18 de agosto de 1920, Guadalajara, Jalisco – 10 de febrero de 2006, Ciudad de México)
Artistas de la Colección del Museo Nacional de la Estampa


El dibujante, pintor, escultor, grabador y escenógrafo Juan Francisco Rodríguez Montoya, mejor conocido como Juan Soriano, nació el 18 de agosto de 1920 en Guadalajara, Jalisco. Es reconocido por ser un importante representante de la plástica mexicana, y su figura resulta imprescindible al pensar el ámbito cultural y artístico del siglo XX en nuestro país.

Desde muy joven demostró aptitudes para la creación plástica, motivo por el que fue nombrado como “El Mozart de la pintura”. Inició pintando bodegones, evocando un estilo costumbrista y en 1934, participó por primera vez en una exposición colectiva, sus obras llamaron la atención de los artistas Lola Álvarez Bravo, José Chávez Morado y María Izquierdo, quienes instaron al joven a viajar a la Ciudad de México para continuar su formación. En 1935, llegó a la capital del país y casi de inmediato, se relacionó con los representantes de los principales movimientos artísticos de México; entre ellos Diego Rivera, Frida Kahlo, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y algunos otros pertenecientes a la vanguardia. También se integró a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), con quienes participó en una exposición colectiva; aunque solo estuvo dos años en la asociación, participó con destacados personajes culturales como Juan Rulfo, Rafael Solana, Salvador Novo y Xavier Villaurrutia.

A principios de la década de 1940, realizó escenografías y diseño de vestuarios en diversos proyectos teatrales, destacándose el del grupo “Poesía en Voz Alta”, a lado de Octavio Paz y Juan José Arreola. Asimismo, se desempeñó como docente en la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, al tiempo que comenzó su participación en exposiciones internacionales en Nueva York y Filadelfia. Durante la misma época de dedicó a producir retratos, en los que exploró el espíritu del modelo, y, finalmente, transitó con gran capacidad inventiva hacia un abstraccionismo fantástico, en donde los colores y la libertad expresiva se privilegiaron.

En su obra pictórica, la tierra, el mar, el aire y los animales eran constantemente representados. En el campo escultórico, el desarrollo artístico de Soriano fue similar, ya que, de sus cerámicas de extraordinaria calidad, pasó a los bronces monumentales, que actualmente se han fusionado con el paisaje urbano de ciudades como México, Guadalajara, Villahermosa y Monterrey. Entre las décadas de 1950 y 1960, viajó de manera constante a Europa, experiencia que aportó a la consolidación de su estilo plástico; ahí estudió las manifestaciones estéticas y estilísticas del cubismo, el expresionismo alemán, el fauvismo y la corriente surrealista. Estos elementos aportaron al desarrollo de su propio lenguaje artístico, que se caracterizó por la experimentación con diversos materiales, géneros y estilos; posicionándose como un artista con propuestas de avanzada.

Desde 1946, su obra y trayectoria comenzaron a ser reconocidas y galardonadas, ese mismo año recibió el Premio Constancia Especial de Mérito, otorgado por la presidencia de Manuel Ávila Camacho, tres veces obtuvo el Premio de Adquisición del Salón de la Plástica Mexicana y tres veces fue nombrado Artista Productor por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Dos veces obtuvo la Medalla Orozco de la ciudad de Guadalajara, en 1987 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, y en 2005 el INBA le concedió la Medalla de Oro de Bellas Artes. También recibió distinciones en España, Francia, Polonia y otros países.

En 1959, se celebró en el Museo de Arte Moderno, una magna exposición con motivo de sus veinticinco años de trayectoria; y en 1966, presentó su primera gran exposición escultórica en el Palacio de Bellas Artes.

Falleció el 10 de febrero de 2006 en la Ciudad de México, es recordado como un artista que con su particular lenguaje artístico, rompió los cánones de la Escuela Mexicana de Pintura y que dejó huella en el paisaje urbano de la Ciudad de México, con cada una de sus monumentales obras escultóricas.

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El cielo y el mar, 1975. Litografía (100/200).
Acervo Museo Nacional de la Estampa-INBAL-Secretaría de Cultura
Los asnos, 1975. Litografía.
Acervo Museo Nacional de la Estampa-INBAL-Secretaría de Cultura
Elisa Alina, 1992. Aguafuerte y aguatinta (18/100).
Acervo Museo Nacional de la Estampa-INBAL-Secretaría de Cultura

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