Marietta Berman

(Praga, Chequia, 10 de agosto de 1917 – Caracas, Venezuela, 7 de marzo de 1990)
Artistas de la Colección del Museo Nacional de la Estampa

Marietta Raimon nace en Praga el 10 de agosto de 1917, en medio de la efervescencia política de la primera guerra mundial y en la mira de una posible independencia de Checoslovaquia. Este contexto geopolítico provoca que la familia Raimon cambiara constantemente de residencia, dando como resultado una cierta inestabilidad, aunque al mismo tiempo la oportunidad de conocer otras culturas. Los padres de Marietta deciden instalarse en Viena al concluir el conflicto armado, en donde se respiraba cierta paz.

Desgraciadamente, el tiempo de estabilidad duró poco para la familia que se vio obligada a regresar a Praga. Marietta decide abandonar los estudios y tomar un camino autodidacta enfocándose en el dibujo y la escritura. De esta primera etapa, se desconocen muchos de los trabajos de su autoría, y su vida personal tampoco está completamente documentada. Es a los 23 años cuando se esclarece su historia, al decidir casarse con Thomas Berman, adoptando su apellido. A partir de ese momento, su obra creativa será firmada como Marietta Berman.

Para ella, esta época representó la estabilidad que tanto anhelaba, especialmente después de los tumultuosos acontecimientos que le había tocado vivir en los años previos. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial le tenía preparada una experiencia muy dolorosa: poco después de su casamiento, y con Checoslovaquia bajo el control nazi, Thomas Berman fue encarcelado. Este evento supuso un fuerte golpe emocional para Marietta, quien luchó incansablemente por la libertad de su esposo hasta lograr liberarlo. Tras su liberación, la pareja pasó alrededor de tres años escondiéndose durante la ocupación nazi.

Terminada la guerra, el Doctor Thomas acepta un cargo en el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país, lo cual los lleva a establecerse en Londres. Ahí, Marietta retoma su vida creativa y escribe un libro para niños.  Al paso de un año, los Berman deciden viajar a Venezuela e iniciar una nueva vida, en un país que prometía libertad, paz y apoyo a los migrantes.  Este cambio radical significó para la artista una nueva oportunidad para continuar con su práctica artística en un contexto completamente diferente.

Al llegar a Caracas en 1948, la artista montó en su casa un pequeño taller dedicado a la creación y diseño de tarjetas de ocasión, todas ilustradas por ella misma. Este emprendimiento le permitió ganar reconocimiento dentro de la comunidad local. Con el tiempo, logró expandir su práctica hacia el diseño gráfico, la publicidad y la ilustración para diversas publicaciones nacionales. Estas áreas le ofrecieron la oportunidad de experimentar y, lo más importante, le permitieron hacerse visible en un país que le era completamente ajeno en cuanto a su cultura.

Poco después, Marietta conoce al artista húngaro Iván Petrowsky, radicado en Caracas, quien la motiva a dedicarse al arte de manera profesional. La determinación y entrega total de Berman a la creación se desarrollan en un contexto artístico marcado por la confrontación entre lo figurativo y lo abstracto. Sus primeros trabajos, aún con trazos figurativos, estaban cargados de simbolismo, reflejando momentos de angustia y desesperación en una Europa sumida en la guerra. En esta etapa, comienza a explorar conceptos que más tarde consolidará en sus obras: el uso del color, la profundidad, las transparencias y la luz, elementos que se convertirán en características distintivas de su estilo.

Con el tiempo, Marietta encuentra en el Salón Oficial del Arte una plataforma ideal para adentrarse en el mundo artístico, rodearse de otros creadores y participar en discusiones sobre las tendencias que, en ese momento, abrían nuevas posibilidades para reinterpretar el arte y el proceso mismo de creación. La evolución de su obra la llevó a proponer un cambio gestual influenciado por los postulados de los movimientos abstraccionistas europeos. En su búsqueda personal, realizó una transición del figurativo al abstracto, reconfigurando su imaginario y expandiendo sus horizontes creativos.

A partir de mediados de la década de los 60, Marietta comienza a mostrar sus primeras obras geométricas, caracterizadas por un trazo más suelto. Durante su viaje a Nueva York, realiza una revisión del trabajo de músicos de jazz. Para realizar esta serie Berman sostiene que “Lo importante es el sentimiento que provoca la música, no el músico en sí”. Este enfoque, que subraya la cinestesia, abre la puerta a lo que será más tarde su incursión en la abstracción, donde las emociones tanto del artista como del espectador se convierten en elementos fundamentales dentro de sus postulados.

El desarrollo creativo de Berman en el campo de la abstracción le concede la posibilidad de representar desde una perspectiva más íntima sus emociones e inquietudes, planteando interrogantes y postulados que al día de hoy tienen vigencia: la tentación humana por salir de sí mismo y trascender, la apropiación y conocimiento del espacio infinito, así como la exploración del cosmos; este último en referencia a la llegada del hombre a la luna en 1969.

A partir de los años 70, Marietta Berman comienza a experimentar con la litografía y la aguafuerte, técnicas que ya le eran familiares gracias a su cercanía con Petrowsky. Esta producción la realiza entre Londres y Caracas. En particular, la serie titulada El cantar, integra paisajes geométricos donde la luz desempeña un papel fundamental. En estas estampas, establece relaciones entre colores, formas y composiciones acompañadas de textos que aluden al Antiguo Testamento, dejando en claro uno de los temas recurrentes en su obra: la trascendencia del individuo más allá de lo terrenal.

Si bien es cierto, la obra de gráfica en el catálogo de Berman no es lo preponderante, se deduce que es la etapa donde lo conceptual y plástico logran una madurez que la lleva a tener un equilibrio y donde puede plasmar cómodamente sus inquietudes.

El Munae resguarda como parte de su colección, una litografía realizada en el año 1976, titulada “Samuel… interrogué a Yahvé en mi angustia y a sus oídos llegó mi grito”. Esta pieza retoma textos bíblicos (versículos de Samuel, donde David clama ayuda de Jehová) y explora las posibilidades de la abstracción en relación con la espiritualidad. Es una pieza emotiva y evocadora donde la luz domina, generando espacios contrastados como elementos de la composición.

Marietta Berman muere el 7 de marzo de 1990 en Venezuela. Sin duda, el trabajo artístico de esta artista contribuyó a visualizar el arte de Venezuela de una manera distinta, aportando algunos elementos conceptuales y técnicos con los que comulgó a lo largo su vida.

Samuel… interrogué a Yahvé en mi angustia y a sus oídos llego mi grito, 1976. Litografía.
Colección Museo Nacional de la Estampa-INBAL-Secretaría de Cultura

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