(Oaxaca, 25 de agosto de 1899 – Ciudad de México, 24 de junio de 1991)
Artistas de la Colección del Museo Nacional de la Estampa
Rufino del Carmen Arellanes Tamayo, mejor conocido como Rufino Tamayo, nació el 25 de agosto de 1899 en Oaxaca. Comenzó su formación artística en 1915. Cuando ingresó a la Academia de San Carlos en 1921, se empleó como dibujante en el Departamento de Etnografía del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía hasta 1926. Este hecho resultaría relevante para entender la vinculación que el artista tuvo con las raíces de la plástica mexicana. En 1926, comenzó a exhibir su obra y poco a poco fue adquiriendo reconocimiento en el medio artístico, logrando exponer su trabajo en el Art Center de Nueva York y colocándose como una figura clave en la escena moderna de México.
En su vida profesional fue docente en 1928 en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en 1932 le nombraron director del Departamento de Artes Plásticas de la Secretaría de Educación Pública. Diez años después, viajó a Nueva York para ser profesor en la Dalton School of Art de Nueva York, ciudad en la que vivió durante casi veinte años. Durante este periodo desarrolló su lenguaje plástico, así como su proceso creativo, iniciando una nueva etapa caracterizada por su interés en la técnica y el simbolismo del arte precolombino.
En 1933, realizó su primer mural por encargo en el Conservatorio Nacional de México, en esta obra manifestó la ruptura formal y estética de su trabajo con la del resto de los muralistas, así como el rechazo a la narrativa nacionalista de la Escuela Mexicana de Pintura, los mensajes revolucionarios y de denuncia política social que proclamaba. A principios de la década de 1950, tras participar en la XXV Bienal de Venecia y ganar el Primer Premio de la Bienal de Sao Paulo en 1953, su éxito internacional se consolidó y pasó a considerarse un artista destacado del siglo XX. A partir de este momento comenzó su etapa más prolífica, aceptando encargos para realizar murales tanto en México, como en el extranjero. Entre ellos, se destaca Nacimiento de nuestra nacionalidad en 1952 y México de hoy en 1953; ambos ejecutados para el interior del Palacio de Bellas Artes. Asimismo, llevó a cabo El Hombre para el Dallas Museum of Fine Arts en 1953, América en 1956 en Houston, y Prometeo para la biblioteca de la Universidad de Puerto Rico en 1957; así como un fresco monumental para el Palacio de la UNESCO en París. Su obra como muralista culminó con El día y la noche, realizada en 1964 para el Museo Nacional de Antropología e Historia de México. Sus últimos trabajos monumentales datan de 1967 y 1968, cuando por encargo gubernamental realizó los frescos para los pabellones de México en la Exposición de Montreal y en la Feria Internacional de San Antonio, Texas.
Además de sus obras murales y lo largo de su vida artística, pintó más de 1300 óleos, 465 obras gráficas, entre litografías y mixografías, 350 dibujos, y un vitral. Sus obras están expuestas en recintos emblemáticos como el Museo de Arte Moderno en Ciudad de México, el Museo Guggenheim en Nueva York y la Philips Collection en Washington.
El reconocimiento internacional logrado a partir de su trabajo lo llevó a recibir diversos galardones y nombramientos de organismos artísticos de todo el mundo. En 1957, fue nombrado Caballero de la Legión de Honor en Francia; en 1959, fue nombrado Miembro Correspondiente de la Academia de Artes de Buenos Aires. En 1961 fue elegido para integrarse en la Academia de Artes y Letras de Estados Unidos. En 1964 recibió el Premio Nacional de Artes. Fue Doctor Honoris Causa por la Universidad de Manila en 1974, por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1978, por la Universidad de California en Berkeley en 1982, por la Universidad del Sur de California en 1985 y por la Universidad Veracruzana en 1991.
Rufino Tamayo es considerado uno de los artistas más representativos del siglo XX. Murió el 24 de junio de 1991, dejando un legado internacional y una herencia artística donde plasmó las raíces mexicanas y de la plástica prehispánica, conjugadas magistralmente con las vanguardias internacionales del momento; además de dar cuenta de sus conocimientos técnicos, artísticos, estéticos y simbólicos, marcados por su uso de la perspectiva, su paleta cromática y las texturas empleadas en sus obras.
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Desnudo en gris, fecha no registrada. Litografía (31/100).
Acervo Museo Nacional de la Estampa-INBAL-Secretaría de Cultura